1ª Parte del viaje a Laos, Camboya y un poquito de Tailandia (4Nov-16Dic/2014)

Hacía tiempo que queríamos conocer esta zona, y como este año tenemos bastantes días pues nos vamos a Indochina, pero descartamos Vietnam porque no tenemos tanto tiempo.

Entraremos por Bangkok, directamente iremos al norte de Tailandia, desde dónde cruzaremos la frontera a Laos, recorriéndolo de norte a sur, pasar a Camboya por el noreste del país, y viajaremos desde el este al oeste de Camboya, para volver a Tailandia.

LAOS

Nos encantó Laos por muchas cosas, en especial, claro está por sus gentes, lo sonrientes que son, además de espléndidos, te invitan a comer, a beber y la seguridad que se respira en todo momento, aún nos ven a los viajeros con amabilidad no solo como un dólar con patas, como pasa en otros lugares, no intentan timarnos.

*Los hoteles son súper baratos y en general están muy bien, las camas enormes, sábanas de algodón muy blancas y limpias, dos botellas de agua, baño y aunque hace mucha calor hay agua caliente en la ducha. Además hay wifi en todos, en unos va mejor que en otros, pero bien.

*Es un país muy limpio, hay papeleras en todos los sitios y los pueblos y casas están ordenados y limpios, además no hay demasiados mosquitos.

*En casi todos los sitios la terminal de buses queda alejada del centro, pero haces una reserva y te llevan hasta allí por un poco más del precio del bus. Lo peor es que las salidas suelen ser a las 9 ó 10 de la mañana, nosotros al menos preferiríamos que fuese más temprano para llegar antes al destino y aprovechar más el día.

*La Beerlao está muy rica y con la calor que hace entra sola, porque es suave, aunque no siempre la sirven tan fría como debería. El Lao-Lao es un licor de arroz muy rico, un poco hijoputa porque es suave y entra solo y cuando te vas a dar cuenta....

*La comida es muy rica, no suele ser picante, además de palillos ellos utilizan mucho la cuchara, pero también te ponen tenedores. Las baguettes recién hechas, las barbacoas o ollas donde tu te vas preparando la comida, las sopas y como no la papaya salad, esta si que la suelen poner picante. El café es muy denso y muy rico, no se como lo hacen pero no te pone cardiaco. Nos sorprendió que los plátanos hacia el final tenían hueso, nunca lo habíamos visto (y mira que hemos comido plátanos de unos cuantos países...)

*Lo de poder alquilar una moto e ir a donde te de la gana es una gozada, las carreteras están bien por lo general y hay poco tráfico, además son muy baratas, 5, 4 €/día, la gente te saluda "sabaidee, sabaidee", jo, como lo echo de menos, buah, buah....

*Nos hubiese gustado estar más días en Nong Khiaw, en Muang Ngoi, tal vez en Vang Vieng y en Kong Lo.

RECORRIDO:

1ª parte: Laos

4 Nov: Asturias-Madrid
5 Nov: vuelo Madrid- Bangkok
6 Nov: vuelo Bangkok-Chiang Rai
7 Nov: bus de Chiang Rai a la frontera, entrada en Laos, bus a Luang Nantha
8 Nov: a Muang Sing en moto
9 Nov: de Muang Sing a Pakmon y a Nong Khiaw
10 Nov: barco de Nong Khiaw a Muang Ngoi
11 Nov: de Muang Ngoi a Luamprabang
12 Nov: Luangprabang
13 Nov: bus a Vang Vieng
14 Nov: Vang Vieng
15 Nov: bus a Vientiane
16 Nov: bus a Kong Lo
17Nov: visita a la cueva y a Tha Thaek
18 Nov: bus a Pakse
19 Nov: en moto a Champasak, vuelta a Pakse
20 Nov: moto de Pakse a Nam Tok Katamtok
21 Nov: moto hasta Tat Lo
22 Nov: Tat Lo
23 Nov: moto a Pakse
24 Nov: bus a Ban Nakasang y lancha a Don Det
25 Nov: Don Det
26 Nov: Don Det

2ª parte Camboya y Ko Chang (Tailandia)

27 Nov: cruzamos la frontera a Camboya y vamos a Ban Lung
28 Nov: Ban Lung
29 Nov: de Ban Lung a Sem Monorom
30 Nov: Sem Monorom
1 Dic: de Sem Monorom a Kompong Cham
2 Dic: Kompong Chang
3 Dic: de Kompong Chang a Phnom Penh y a Kep
4 Dic: en moto de Kep a Kampot
5 Dic. de Kep a Siem Reap
6 Dic: Siem Reap (Angkor Vat)
7 Dic: Siem Reap (Angkor Vat)
8 Dic: barco de Siem Reap a Battambang
9 Dic: de Battabang cruzamos la frontera a Tailandia y llegamos a la isla de Ko Chang
10 Dic:14 Dic: Ko Chang
15 Dic: de Ko Chang al aeropuerto de Bangkok
16 Dic: de Tailandia a Madrid


Por la tarde salimos de Asturias hasta Madrid en Alsa y llegamos al aeropuerto a las 3 de la mañana, nuestro primer vuelo salía a las 6:30 hasta Bruselas, otro a Mumbai y otro a Bangkok, llegamos un poco retrasados, hicimos el visado de Tailandia. Teníamos que cambiar de aeropuerto para el siguiente vuelo, y al ver que llegaríamos por los pelos, pasamos del bus y cogimos un taxi, y llegamos justitos, vuelo a Chiang Rai, al llegar nos fuimos a un hotel en el centro, estábamos cansados, dimos un paseo por el mercado y ya nos encontramos con las primeras comidas "raras" de esta zona de Asia.

Dormimos muy bien y al día siguiente temprano y con ganas de empezar al fin nuestro viaje vamos a la estación de autobuses que está muy cerquita, nos da tiempo a tomarnos un café buenísimo, a las 6 sale un bus hasta la frontera. En la carretera a medio camino hay un árbol tirado, pero enseguida traen herramientas y lo cortan y ya podemos pasar, llegamos a Chiang Khong, cogemos un tuc-tuc hasta la frontera, hacemos el visado, cambiamos dólares y ya estamos en Laos!!!


En otro tuc-tuc hasta la estación de bus de Huay Xai, como hasta las 12:30 no sale nuestro bus, comemos nuestra primera comida laosiana, una sopa de noodels muy rica, y como no una Beerlao.
Llegamos a Luang Nantha, como la estación queda lejos cogemos un tuc-tuc hasta el centro y vamos al Zuela Guesthouse, y nos cenamos en el mercado un pollo con papaya salad y alguna cosita más ¿¿...??


Al día siguiente alquilamos una moto y vamos hacia Muang Sing, hay muy poco tráfico y se va muy bien, la zona es muy montañosa y la carretera está muy bien, vamos parando cuando se nos apetece, en un pueblo, a ver como recolectan el arroz, ....




A la vuelta entramos en un pueblo muy bonito, los niños nos siguen, la gente mayor no nos deja hacerles fotos. Este pueblo es un poco raro porque los niños piden y la gente mayor nos mira un poco torcido, cosa que no nos volverá a ocurrir en el resto de Laos.








 Al llegar a Luang Nantha vamos a una pagoda que hay en lo alto y después devolvemos la moto, ya es de noche, y como no cenamos otra vez en el mercado. Se oye como una explosión y nos quedamos sin luz y después más explosiones, así que sin luz medio pueblo.

Al día siguiente vamos a Pakmong, la carretera es preciosa, grandes montañas y pueblos al lado de la carretera, hay tramos que aún están en construcción, por lo que nos tocan ratos de espera y el sol es abrasador.


Al llegar cogemos un tuc-tuc que nos lleva a Nong Khiaw y allí encontramos un hotel que está superbién, una habitación enorme con dos ventanas y un balcón con vistas al río (7€, jiji) el pueblo es muy bonito, el río, las montañas, el superpuente, la tranquilidad.


Me encantan los uniformes escolares, las niñas llevan la falda tradicional.




A las 11 sale un barco a Muang Ngoi, un viaje muy bonito, pero en poco más de una hora llegamos.






Al llegar y después de buscar una cabañita al lado del río nos vamos de paseo, el pueblo es muy agradable, y el sol abrasador, vamos hacia una cueva, este camino ya es más sombrío, pero para llegar a la cueva prácticamente tenemos que escalar la montaña y nos vamos preguntando si merecerá la pena, pero cuando entramos ya vimos que sí, la cueva es enorme, nosotros vamos solos, hay algún grupo con guía, hay varias salidas y desvíos, está genial.




Esta niña hacía unos bollitos riquísimos para merendar.



Por la noche cenamos en un sitio bufett, comida laosiana, muy buena y variada, todo lo que puedas comer por 25.000 (2,5 €, genial!), y probamos el lao-lao, está rico y repetimos y.....





Regresamos a Nong Kiaw en barco y queremos ir hasta Luan Prabang en barco pero ese servicio ya no existe, así que tenemos que ir en pick-up, se va muy bien, llegamos a la terminal y cogemos un tuc-tuc hasta el centro, esta ciudad es superturística, los primeros hoteles que vemos nos parecen caros y seguimos buscando, al final encontramos uno que está genial y muy bien situado.

Tomando una cerveza al lado del Mekong.




Damos un paseo por el centro y por el Mekong, es muy bonito y hay muchos templos, pero para nuestro gusto demasiado turista.

Me río yo de la vida austera de los monjes.
 
El día siguiente lo destinamos a recorrer esta zona del centro, templos y demás.









Venden ofrendas y pajaritos en jaulas para liberar.

En el mercado el pescado está vivito.

A la puerta de un templo preparando ofrendas.

Luang Prabang es precioso.





Cruzamos el rio en una barquita para ir a tomar algo a un sitio muy lindo, allí de la consumición te descuentan el precio de la lancha, porque aún no han construido el puente, lo construyen todos los años cuando llega la temporada seca.


Un día cenamos en un puesto en la calle donde hay muchísima gente en una mesa corrida, es un buffet donde echas en el plato dodo lo que te quepa por 1€. Otro día nos esplayamos más y fuimos a un restaurante al lado del Mekong, donde vimos mucha gente, había algún turista, pero poquitos, era buffet por 60.000 (6€), había de todo y en la mesa te ponen las brasas y una olla donde te vas preparando la barbacoa a tu gusto, carnes, pescados, mariscos, verduras, además había frituras, postres, de todo, y todo genial, así que imaginaos como nos pusimos.....


Una mañana nos metimos un madrugón para ver a los monjes que salen a pedir ofrendas, horrible los turistas que llegan de todos los lados a ver el espectáculo. Al final vimos que esta comitiva pasaba por nuestra calle, así que habríamos podido ver a los monjes desde el balcón de nuestra habitación, además en todos los pueblos y ciudades hacen lo mismo al amanecer (y sin tanta cámara disparándoles).




Decidimos marcharnos, porque esta ciudad es muy bonita, pero para nuestro gusto hay demasiado turista, hotel, agencia....

No teníamos pensado parar en Vang Vieng pero decidimos que si para no meternos tanto palizón de viaje, y porque aún tenemos tiempo, vamos en minivan, el paisaje es precioso.



 
Llegamos y como el bus nos deja en la carretera, cruzamos la pista de aterrizaje y ya llegamos al centro, buscamos dónde dormir y encontramos un hotel que está muy bien, con terracita a las montañas y al río, así que en contra de todo lo leído nos da muy buena impresión este pueblo. Aún nos da tiempo a pasear un rato por allí, es preciosa esta zona, los puentes de madera, los ríos.

Desde nuestra habitación.



Por la mañana alquilamos una moto y cruzamos el río por el puente de peaje, ósea, el que es de hormigón y vamos hacia la zona de montañas, arrozales, pueblos.

 
Vemos un cartel indicando una gruta y seguimos el cauce de un río seco, cuando llegamos nos acompaña un señor que andaba por allí y bueno, los pasadizos eran horribles, claustrofóbicos del todo, menos mal que no nos paramos a pensarlo sino nos da un yuyu allí mismo y nos quedamos atascados, yo llevaba una mochila pequeña a la espalda y tuve que quitármela para poder reptar, porque no cabía con ella, así que imaginaos.... Salimos de allí con una sudada impresionante y rebozados en barro.

Continuamos disfrutando del paisaje, la gente saludándonos y con sus labores diarias, llegamos a la laguna azul, hay mucha gente, pero el agua está buenísima, estamos allí un buen rato muertos de risa porque hay grupos de coreanos ya mayorcetes que se tiran al agua desde unas cuerdas que hay colgadas, todos ellos con chalecos salvavidas, y nos recuerda a esos programas de humor amarillo.


 


Continuamos viaje hacia un pueblo que se llama Ban Nampe y en medio de la nada nos damos cuenta que vamos pinchados, y aún falta un buen trecho, así que menuda sudada que pilló Jose tirando de la moto. A la entrada del pueblo hay un taller de reparación donde ya estaban esperando por nosotros porque nos habían visto unos chicos que pasaron en moto, la gente que allí había se morían de risa viendo la sudada que llevaba Jose (jiji), cuando ya está arreglada fuimos a dar un paseo por el pueblo, es muy bonito, rodeado de esas montañas...





Pero ya tenemos que marchar porque ya es tarde, regresamos a Vang Vieng y aún damos una vuelta por allí cerca. Ducha y cambiarnos de ropa porque estamos de barro hasta los dientes, vamos a cenar una BBQ de carne que nos la vamos preparando nosotros y la sopa también, buenísimo todo, nos gusta este sistema laosiano. Después nos tomamos unos lao-lao con buena música en un sitio de esos que tanto nos gustan tipo chill-out.

Vamos a Vientiane, la capital del país, cuando llegamos intentamos seguir ruta pero nos fue imposible, parece que en Laos solo hay buses a las 9 ó 10 de la mañana y nada más, así que no nos queda más remedio que quedarnos aquí esta noche, buscamos hotel y todos nos parecen muy caros, porque ya estamos acostumbrados a estos precios, nos quedamos en uno que está bastante bien pero es caro, habitación pequeña, sin terraza, y a 12€!!!. Compramos los billetes para ir a Kong Lo y damos una vuelta por la zona, visitamos algún templo y paseamos por el bulevar del Mekong, pero hace demasiada calor. Cenamos en un restaurante para laosianos muy bien, costillas, wok de verduras y como no arroz. Por la noche montan en el paseo del río un mercado muy grande, estamos por allí un buen rato y ya compro alguna cosita.







Después de desayunar un buen café laosiano con unas frituras parecidas a los churros, viene un tuc-tuc a buscarnos al hotel para llevarnos a la estación de bus, allí conocemos a tres madrileñas muy majas que también van a Tham Kong Lo, el bus pone que nos lleva directos, aunque nos parece raro, pero si, va directo hasta allí mismo, vamos a un hotel muy chulo, acaban de estrenarlo, el restaurante aún está en obras, habitación enorme, cama 2x2, sábanas de algodón blanco, un lujo por 6€, cenamos al lado muy bien, carta no muy extensa y los platos muy bien preparados.


Decoración "amarmolada" y "apuntillada"
 


Al día siguiente vamos dando un paseo hasta la entrada de la cueva, hay mucha gente, pero está todo muy bien organizado, cada lancha lleva a tres personas como máximo, así que compramos las entradas, pagamos la lancha y nos dan los chalecos salvavidas y nos vamos con nuestro capitán hacia la entrada de la cueva, es impresionante, enorme, hay una zona donde nos deja y vamos caminando entre estalactitas y después nos recoge mas adelante. La cueva tiene salida y nos dejan en una zona donde tienen allí montado el negocio con bares, estamos un ratito y volvemos a entrar a la cueva.




"Reciclarte" auténtico.
 



Cuando salimos en el río apetece darse un baño, pero no llevamos bañador, así que dejamos allí a las madrileñas y volvemos al hotel a recoger para ver si nos da tiempo a ir en el tuc-tuc que sale a las 11:30 hasta Ban Na Hin, lo cogemos con las madrileñas y al llegar allí el tuc-tuc nos dice que tiene que esperar a que haya mas gente, pero entre los 5 decidimos pagarle un poco más y así arranca enseguida, llegamos a Vieng Kham y otro tuc-tuc más.

Nos estrañaba esto que vendían y que me explicaron que era para comer (más adelante descubrimos qué era...??)



Llegamos a Tha Khaek, esta ciudad como no es muy turística, no tiene mucho que ver ni tampoco hay hoteles que merezcan mucho la pena, eso si cenamos en un sitio muy bien, yo pedí no se qué, Jose decía que eran algas, pero no sé, pero estaba muy bueno, era auténtica comida laosiana y super barata.

Por la mañana coincidimos en la estación con las madrileñas para ir a Pakse, el bus tenía una decoración total, de un hortera exagerado, pero, eso sí, tenía aire acondicionado, nos dejó como en la carretera y allí nos estaban esperando los tuc-tuc, como no, para llevarnos al centro a todos los falang.
 


Cogemos un hotel y vamos a ver lo de la moto para el día siguiente, hablamos con un tío para alquilársela a el, nos dice que no hace falta reserva y le decimos que al día siguiente allí estaremos. Cenamos en un restaurante indio muy rico todo, recordándonos nuestro viaje hace ya 4 años a La India.

Con calma nos levantamos, desayunamos, fuimos al cajero, dejamos las mochilas grandes en la recepción y una bolsa de ropa para la lavandería, fuimos a buscar la moto y ya no había, ajh, menudo cabreo que cogimos, porque además en los otros sitios de alquiler solo quedaban las caras. Después un poco más tranquilos se nos ocurrió que podíamos coger una aunque fuese un poco más cara para ese día solo y así ir a Champasak, así que así lo hicimos, pero antes si que aseguramos la moto para para el día siguiente, en otro sitio, claro está.

La carretera era muy buena, paramos alguna vez y ya fuimos al Wat Phu que es un complejo religioso jemer, ósea de la época de Angkor, nos encantó el lugar, está en la ladera de una montaña, así que subiendo y bajando por aquellas escaleras y con un sol de flipar..., después dimos un paseo por el pueblo, nos pareció muy agradable.










En un sitio que paramos a tomar una Beerlao nos reímos mucho porque la señora nos explicó porque nos llaman falang a los extranjeros, jiji, volvemos a Pakse.

Al día siguiente ya si que empezamos la ruta por la Meseta de Bolaven, es una zona con cafetales, y muchísimas cascadas. Al alquilar la moto solo te piden un pasaporte como depósito y el día que la devuelves pagas por los días que la tuviste, así que es una zona para hacer con calma.

Jose preparándose su desayuno.
 
Cogemos la carretera hacia Pakson, vamos parando en algún sitio y después vemos un cartel que indica unas cascadas, vamos hacia allí por un camino entre cafetales, la cascada es bonita, aquí se puede bañar, volvemos a la carretera y un poco más allá otro cartel a otra cascada, esta es bífida, se ve pero desde un mirador un poco lejos, después otra más, esta ya está más preparada para el turismo, hay puestos, escaleras que bajan y donde el agua te chisca, hay bastante gente.




 



Paramos a comer en Pakson y seguimos hacia Ban Benghuakham y vemos otra indicación a otra cascada, Nam Tok Katamtok, y vamos pero con miedo de que esté demasiado lejos y se nos haga de noche, hay un pueblo muy chulo, seguimos y de repente nos encontramos un grupo de jóvenes con machetes y escopetas artesanales en medio del camino, en principio nos dio un poco de caguitis, pero era que estaban cazando (llega a ser en otro lugar y me muero).

Llegamos a la cascada y bajamos por un camino muy malo, esta si que es impresionante, aunque no podemos descender para verla entera porque el camino es malísimo, cerrado y mucho barro. Arriba hay dos chicas que nos indican que hay otras tres cascadas y vamos a verlas, la nº 2 es preciosa, a ésta si que conseguimos bajar aunque el camino no está demasiado bien, abajo nos mojamos enteros por que cae desde arriba en una gran poza y salpica muchísimo, es preciosa, con florecillas y campo verde.








Aquí no hay pueblo, pero parece que están haciendo un hotel, y vemos a un chico montando tiendas de campaña y le preguntamos si podemos quedarnos a dormir y nos dice que si y que hay cervezas y comida, más tarde se nos unen más falang que vienen a dormir, hace frío pero en la tienda hay colchón y mantas, un lujo, además como estamos rodeados de cascadas es tremendo el ruido que hacen, así que dormimos muy bien. Al día siguiente los demás tenían sobres de café y nosotros un paquete de galletas, así que desayunamos un poco, alguno de ellos bajó a la cascada nº 1 y las fotos son impresionantes.

 
Nosotros ya nos vamos y al pasar por un pueblo muy bonito que habíamos visto el día antes entramos, unas mujeres que están desayunando nos invitan, los niños pequeños se echan a llorar de lo raros que somos, el pueblo es tranquilo y limpio, como todos en Laos.




 
Más adelante paramos en una tienda y nos sentamos a fumar con la señora, ella fuma tabaco liado con una hoja verde, vienen muchos niños y les hago fotos, se mueren de risa. Continuamos y más adelante paramos en Ban Benghuakham en un restaurante a comer un pescado asado.



Seguimos por la carretera y paramos en otro pueblo y nos acercamos a unas señoras que están fumando en una pipa de agua, en principio creímos que era opio porque estas son las pipas que tradicionalmente se usan para fumarlo, pero no, era solo tabaco.


 Centro comercial ambulante.
 


Continuamos hasta Ban Beng y en el mercado yo sentí algo en el hombro y al echar la mano vi que se movía y que era una oruga enorme, una señora se acercó y con una hoja de una berza me quitó otra que tenía en la mochila y mandó a una chica a buscar unas pinzas de depilar y se pusieron las dos a quitarme las espinas que tenía en la mano, que eran minúsculas, que amables son estas gentes, las espinas me duraron casi un mes más porque eran diminutas.


Comimos en un restaurante al lado del mercado y continuamos viaje hasta Tat Lo, buscamos una cabañita al lado del río y vistas a la cascada, salimos por el pueblo y nos encontramos con las madrileñas que están haciendo la misma ruta pero en bus, nos tomamos unas Beerlao y nos despedimos de ellas porque se van al día siguiente.


 Una de estas es nuestra primera cabaña.
 
 En el río pescan, se bañan, lavan, juegan, viven.....

 Desde nuestra terraza.
 


Esta noche nos llevamos un susto de muerte, porque en el techo de nuestro bungalow tenemos una mamá gata con toda su camada y creemos que entró un bicho grande, hizo mucho ruido y después la mamá lloraba, así que decidimos buscar otra habitación para la siguiente noche.

Donde están las madrileñas no nos apetece porque allí hay un mono que entra a las habitaciones, así que nos quedamos en el mismo sitio pero en otra cabaña aunque sin vistas, pero más nueva y más barata.


Con la moto emprendemos ruta por la zona, primero nos acercamos a la primera cascada, llegan unos monjes y quieren hacerse una foto conmigo, que bien, es gracioso esto de que nos encuentren tan exóticos como nosotros a ellos, estos monjes son muy majos, jóvenes y sonrientes.


Mas arriba hay más cascadas y hacia allí vamos con la moto, por el camino vemos una señal que indica un desvío a una comunidad, y vamos hacía allí, queda un poco lejos, pero merece la pena, el pueblo es muy bonito y la gente encantadora, todos nos saludan, paramos con unas mujeres que están fumando, nos regalan tabaco.






Subimos hacia la cascada de más arriba, hay un aparcamiento y un chico cobrando las entradas, con él están unas mujeres que están comiendo unos frutos, me invitan y me siento con ellas, los frutos son amargos y nos reímos un rato, aunque sin entendernos para nada.

 
Bajamos hacia la cascada y llegamos a la cima, aunque no tiene demasiada agua, pero si buena altura, un poco mas arriba hay un pozo donde nos bañamos.
 



Volvemos a por la moto y ahora hay mas gente allí sentada pasando el rato, como ya soy amiga de varias de ellas nos invitan a fumar y nosotros a ellos, una chica muy sonriente con la boca roja de masticar betel me da un trocito de un fruto, una hoja y otra cosa mas y me dice que lo mastique pero que no lo trague, que lo escupa, es amargo, y poco a poco voy teniendo la boca más roja, me cuesta no tragarlo, la verdad es que no es muy agradable que digamos, pero bueno las risas que nos pasamos mereció la pena.


Nos despedimos y regresamos, hoy toca cena familiar en un restaurante, no sabíamos muy bien como iba a ser la cosa, los niños empiezan a poner la mesa y después a traer platos variados de comida laosiana y se sientan todos en la misma mesa, los padres, los tíos, los niños, la abuela, está muy bien, gran idea, además pudimos probar platos que sino nunca comeríamos.

Cuando acabamos de cenar empiezan a llegar los amigos de los niños a buscarles para pasar un rato. Y para acabar un buen día, nos paramos en el hotel donde habían estado las madrileñas y tienen una pantalla gigante donde están proyectando una película de Charlot, hay muchos niños que están embelesados por momentos y otros ratos muertos de risa, nos quedamos un rato, llegan madres a buscar a sus hijos y se unen también, me parece muy bonito que los falang de los hoteles no solo miren por su interés económico, que miren por la gente del pueblo.

 Bonito tejado de madera.
 


Después de cuatro días ya regresamos a Pakse, por el camino paramos en un pueblo que hacen y venden tejidos, en otro que hacen navajas, cuchillos y machetes de todos los tamaños.




Nos encontramos con una plantación enorme de caucho, vemos una carretera que la atraviesa y nos metemos, allí encontramos a trabajadores y les preguntamos si podemos entrar más y vamos kilómetros dentro hasta un lugar donde están los depósitos para la leche que recogen, hay muchos trabajadores y están encantados porque nos interesemos por su trabajo.



Volvemos a la carretera y en un sitio vemos mucha gente, paramos y es una pelea de gallos, que es muy distinta a las de España o Sudamérica, porque aquí los gallos no se matan entre sí y los dueños les miman, después de la pelea les curan las heridas, les lavan, les dan medicinas y hasta masajes con calor.

Ya en Pakse compramos los billetes para las islas.

A la mañana nos recoge un tuc-tuc para llevarnos hasta el bus, y después lancha hasta Don Det, antes de bajarnos ya nos están saludando las madrileñas y nos tomamos una cerveza con ellas, nos cuentan dónde están alojadas y que está muy bien, así que vamos hacia allá, pero tenemos que caminar un poco con esa tremenda calor, por el camino miramos alguno que no nos convenció demasiado, así que llegamos al sur de la isla que es donde están ellas, el Mekong Dream es muy bonito, aunque está un poco descuidado, pero la habitación es muy grande, cama inmensa con mosquitera y baño con agua caliente por 5€, y lo mejor es la terraza y las hamacas. Dedicamos esa tarde a vaguear hasta la puesta de sol que la vamos a contemplar al puente francés que separa Don Det de Don Khon, se está muy bien.


 Nuestro hotel desde el puente francés. 

 Estas hamacas de bambú son geniales.
 


Al día siguiente nos levantamos tarde pero aún nos da tiempo a despedirnos de las madrileñas que ya se van a Seam Reap.

Un día cenamos justo al otro lado del puente en un restaurante muy grande, muy bien y como no de postre unos chupitos de lao-lao, que bueno está.


Una mañana alquilamos unas bicis y vamos a pedalear por allí, queremos llegar a unas cascadas pero es imposible porque no hay puente. Como a noche llovió hay charcos y cuando paramos a descansar un poco y beber agua me doy cuenta que estoy sangrando por un pie, miro y tengo dos sanguijuelas en cada pie, pero como aún no llevan mucho chupándome la sangre no están demasiado gordas y se quitan fácilmente.

Estas islas son muy bonitas, vas recorriendo los caminos y contemplando a la gente en sus quehaceres.



Vamos a las cascadas Li-Phi, son espectaculares, en realidad no son cascadas, son rápidos, hay muchas caídas de agua, el ruido es impresionante.

Seguimos hasta una playa a la que se entra por un bar muy bonito, un poco mas abajo está la playa, pero con esos rápidos debe de ser muy peligroso bañarse, así que nos conformamos con la ducha del bar y las tumbonas, se está muy bien, estamos allí un buen rato.




 La playa desde la tumbona
 
Regresamos y devolvemos las bicis, compramos los billetes para ir a  Camboya, a Stung Treng, son muy caros, comparado con lo que pagamos hasta ahora de buses, ya nos vamos percatando que, al contrario que en Laos, en Camboya hay cosas que tienen un precio distinto para extranjeros.


La verdad es que nos da mucha pena dejar laos, le hemos cogido mucho cariño y ya intuimos que Camboya no nos va a gustar tanto.

A primera hora pasa un barco a recogernos que nos lleva a Ban Nakasang donde tenemos reservado en una mini-van el viaje a Camboya, tardan muchísimo porque están gestionando los visados, aunque no los nuestros porque llegamos más tarde, así que los gestionamos en la frontera, donde nos timan como a todos y ya nos dirigimos a Stung Treng.

4 comentarios:

  1. Buenísimo tu diario de viaje.
    La próxima primavera nos gustaría hacer algo parecido y es muy útil toda la información.
    Las fotos maravillosas.
    Beatriz

    ResponderEliminar
  2. Me encanta que os sirva de ayuda, Beatríz, si quieres preguntarme dudas estoy encantada de responder y poderos ayudar

    ResponderEliminar
  3. Me encanta que os sirva de ayuda, Beatríz, si quieres preguntarme dudas estoy encantada de responder y poderos ayudar

    ResponderEliminar
  4. Precioso reportaje. Me gustaría preguntarle, ¿como se llama el pueblo donde fabrican todo tipo de cuchillo? Me encantaría saberlo. Gracias.

    ResponderEliminar